
Ayer comí en "Ars vivendi" en el centro comercial Heron City de las Rozas, en Madrid. La experiencia, sin ánimo de exagerar, fue desastrosa. El local tiene una decoración que deja bastante que desear, indefinida y muy poco cálida. (Curiosamente, la mesa que está en primer plano en la foto es en la que nos sentamos ayer). La atención fue muy buena en la puerta y bastante pobre en la mesa. No puedo decir que me atendiesen mal, pero el oficio de camarero requiere mucho más que una forzada impostura de amabilidad. ¿Cuándo van a entender que una buena atención puede disimular con holgura otras carencias?
La carta está mal diseñada. Para pedir una ensalada caprese, tienes que decir algo así como una "combinación de mozzarella de búfala con tomates y anchoas...", lo que conlleva a complicaciones innecesarias para el usuario. Así y todo, fue lo mejor de toda la comida. Lo pedimos de primero para compartir.
Luego pedimos una pizza con jamón york, mozzarella, tomate y gorgonzola, y otra con queso, tomate y chorizo picante. La presentación, sin atractivos, me recordaba a una pizza congelada del supermercado. No había ninguna intención por diferenciarse, por hacerla más apetecible. No puedo decir que estuviesen mal, pero no tenían nada que las hiciese memorables.
El postre, un bizcocho de naranja con helado de menta, tenía muy poco sentido. Uno por la combinación (probablemente un chocolate negro o con leche le vendría mejor) y nada sabroso. El tiramisú no era el peor del mundo, pero me pareció un poco flojo y extremadamente dulce.
Al momento del café, cuando al menos esperas algo mejor en un restaurante italiano, nos sorprenden con un Nespresso... vamos, que poco tenía ya que hacer el sitio para caer más bajo.
Nada recomendable para gente que esté acostumbrada a comer bien.